BARAKA

    La película ‘’Baraka’’ significa ‘’gracia especial divina’’ en árabe, y refleja la grandeza de la naturaleza y la evolución de las prácticas humanas a lo largo del tiempo. Destaca cómo los estilos arquitectónicos antiguos, como el barroco y el gótico, buscaban expresar lo divino a través de la grandeza y complejidad de sus diseños. La arquitectura moderna tiende hacia la funcionalidad y el minimalismo, reflejando un cambio de prioridades de la belleza ornamental a la eficiencia, valor y practicidad.

    La evolución en la arquitectura también se vincula a como entendemos y utilizamos los espacios. Cada espacio arquitectónico tiene una funcionalidad específica que nosotros determinamos. Por ejemplo, un salón de clases se identifica por sus asientos, una pizarra y la presencia de personas jóvenes y un maestro. Estos elementos o simbolos definen el espacio y otorgan un significado y una funcionalidad particular que depende del contexto cultural y personal.

La arquitectura moderna es más centrada en la funcionalidad y en la experiencia humana de cada espacio. En contraste con las culturas de antes, en la película se muestra como las personas se centraban en la belleza, grandeza y complejidad del diseño en honor a la divinidad. La forma en que se diseña un espacio influye en cómo se siente y se usa, equilibrando la eficiencia estética. La práctica arquitectónica aunque puede ser desorganizado y desafiante, busca alcanzar armonía entre la utilidad del espacio para proporcionar bienestar y la belleza estética del espacio, creando una unión entre la estética y la función. 

    Finalmente, 'Baraka' nos revela un recorrido a través del tiempo y el espacio, explorando la riqueza de diversas culturas y destacando que la arquitectura no solo posee una historia única, sino también múltiples propósitos en diferentes contextos. Hoy en día, cada espacio arquitectónico responde a necesidades específicas y a una función determinada, integrando además un componente estético que enriquece la experiencia. La arquitectura, por tanto, logra un equilibrio entre funcionalidad y belleza, recordándonos que la estética y la utilidad pueden coexistir para profundizar nuestra conexión con el entorno natural y con nosotros mismos.